Queridos hermanos y hermanas, hoy profundizamos en un tema que toca las esperanzas y sueños de muchos: la lotería. Es un tema que nos invita a reflexionar sobre nuestros deseos, nuestra fe y lo que realmente busca nuestro corazón. Aunque la Biblia no menciona específicamente las loterías modernas, ofrece sabiduría sobre la riqueza, la fortuna y los deseos del corazón.
El atractivo de la lotería reside en la promesa de riqueza instantánea y el sueño de una vida libre de preocupaciones financieras. Pero, queridos amigos, recordemos que la Biblia nos enseña sobre los peligros de perseguir riquezas sin sabiduría. Se nos recuerda que el amor al dinero puede desviarnos y que el verdadero contentamiento no proviene de la riqueza material, sino de una rica relación con Dios.
Consideren la historia de los israelitas en el desierto, que dependían del maná del cielo. Aprendieron a confiar en la provisión diaria de Dios. Esta historia nos enseña que Dios provee para nuestras necesidades, y que nuestra fe en Él es mucho más valiosa que las riquezas terrenales. Cuando ponemos nuestra confianza en Él, encontramos una paz que supera todo entendimiento.
También, piensen en el rey Salomón, quien fue bendecido con una inmensa riqueza. Sin embargo, su mayor tesoro fue la sabiduría que recibió de Dios. Esto nos recuerda que, aunque la riqueza puede ser una bendición, debe ir acompañada de sabiduría y un corazón alineado con la voluntad de Dios.
Querido amigo, al contemplar la lotería, reflexiona sobre lo que realmente buscas. ¿Es seguridad, libertad o felicidad? La Biblia nos asegura que estas cosas se encuentran no en las riquezas, sino en el amor y la gracia de Dios. Estamos llamados a ser buenos administradores de lo que tenemos y a usar nuestros recursos para elevar a otros y glorificar a Dios.
En conclusión, busquemos primero el reino de Dios y su justicia. Al hacerlo, encontramos la verdadera riqueza en nuestra relación con Él, que vale más que el oro o la plata. Si este mensaje resuena contigo, te animo a compartirlo con otros.
Queridos amigos, ahora veamos las escrituras bíblicas a continuación que hablan sobre la lotería.
“Las riquezas de vanidad disminuiránPero el que recoge con mano laboriosa las aumenta”
— Proverbios 13:11
“El que ama el dinero, no se saciará de dinero; el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad”
— Eclesiastés 5:10
“Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, fueron traspasados de muchos dolores”
— 1 Timoteo 6:10
“El hombre de verdad tendrá muchas bendicionesMas el que se apresura a enriquecerse no será sin culpa”
— Proverbios 28:20
“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré”
— Hebreos 13:5
“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno amará al otro, o estimará al uno menospreciará al otro. No podéis servir a Dios a las riquezas”
— Mateo 6:24
“Les dijo: Mirad, guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”
— Lucas 12:15
“No te afanes por hacerte ricoSé prudente, desiste¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas?Porque se harán alasComo alas de águila, volarán al cielo”
— Proverbios 23:4-5
“Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación lazo, en muchas codicias necias dañosas, que hunden a los hombres en destrucción perdición”
— 1 Timoteo 6:9
“La mano negligente empobreceMas la mano de los diligentes enriquece”
— Proverbios 10:4
“Pedís, no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”
— Santiago 4:3
“Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundanciaMas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza”
— Proverbios 21:5
“Alborota su casa el codiciosoMas el que aborrece el soborno vivirá”
— Proverbios 15:27
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla el orín corrompen, donde ladrones minan hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”
— Mateo 6:19-21
“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. el mundo pasa, sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”
— 1 Juan 2:15-17
“El que confía en sus riquezas caeráMas los justos reverdecerán como ramas”
— Proverbios 11:28
“Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno amará al otro, o estimará al uno menospreciará al otro. No podéis servir a Dios a las riquezas”
— Lucas 16:13
“No confiéis en la violenciaNi en la rapiña; no os envanezcáisSi se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas”
— Salmos 62:10
“Se apresura a ser rico el avaroY no sabe que le ha de venir pobreza”
— Proverbios 28:22
“Como salió del vientre de su madre, desnudo, así vuelve, éndose tal como vino; nada tiene de su trabajo para llevar en su mano”
— Eclesiastés 5:15
“Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios”
— Mateo 19:24
“No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, sé tener abundancia; en todo por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
— Filipenses 4:11-13
“Mejor es lo poco con justiciaQue la muchedumbre de frutos sin derecho”
— Proverbios 16:8
“Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento abrigo, estemos contentos con esto”
— 1 Timoteo 6:6-8
“Dad, se os dará; medida buena, apretada, remecida rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”
— Lucas 6:38
“Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, perdiere su alma?”
— Marcos 8:36
“En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir”
— Hechos 20:35
“Hay quienes pretenden ser ricos, no tienen nadaY hay quienes pretenden ser pobres, tienen muchas riquezasEl rescate de la vida del hombre está en sus riquezasPero el pobre no oye censuras”
— Proverbios 13:7-8
“El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo el engaño de las riquezas ahogan la palabra, se hace infructuosa”
— Mateo 13:22
“Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos avaricia, que es idolatría”
— Colosenses 3:5
“Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, se destruye o se pierde a sí mismo?”
— Lucas 9:25
“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”
— 2 Corintios 9:7
“Porque el reino de los cielos es como un hombre que éndose lejos, llamó a sus siervos les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; luego se fue lejos. el que había recibido cinco talentos fue negoció con ellos, ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue cavó en la tierra, escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, arregló cuentas con ellos. llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. su señor le dijo: Bien, buen siervo fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, fui escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo negligente, sabías que siego donde no sembré, que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, tendrá más; al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro el crujir de dientes”
— Mateo 25:14-30