Queridos hermanos y hermanas, hoy nos reunimos para reflexionar sobre un momento de profunda importancia en nuestro camino de fe: la Última Cena. Este evento sagrado, una piedra angular de la creencia cristiana, nos invita a una comprensión más profunda del amor y el sacrificio de Jesús por la humanidad. La Última Cena no fue meramente una comida compartida entre amigos; fue un momento divino lleno de lecciones espirituales y promesas.
En el corazón de la Última Cena, Jesús partió el pan y compartió una copa con Sus discípulos, significando el nuevo pacto a través de Su cuerpo y sangre. En este acto, Él anticipó el sacrificio que estaba a punto de hacer en la cruz para el perdón de los pecados. Queridos amigos, este momento nos enseña sobre la profundidad del amor de Cristo y Su disposición a darlo todo por nosotros.
Jesús también lavó los pies de Sus discípulos durante esta reunión, demostrando humildad y servicio. Este acto nos recuerda, queridos hermanos y hermanas, que estamos llamados a servirnos unos a otros con amor y humildad. La Última Cena es un poderoso ejemplo de cómo debemos vivir nuestras vidas, poniendo a los demás antes que a nosotros mismos y encarnando el amor que Jesús nos mostró.
Además, la Última Cena fue un momento de compañerismo y unidad. Nos recuerda la importancia de la comunidad y de reunirnos en la fe. Como creyentes, se nos anima a unirnos, compartir en la comunión y recordar el sacrificio que hizo Jesús. Esta unidad fortalece nuestra fe y nos ayuda a apoyarnos mutuamente en nuestros caminos espirituales.
Al reflexionar sobre estas lecciones de la Última Cena, recordemos también que Jesús prometió estar siempre con nosotros. La comida fue un momento de seguridad y esperanza, un recordatorio de que no nos dejaría solos. Queridos amigos, aferrémonos a esta promesa y encontremos consuelo y fortaleza en Su presencia.
Para concluir, les animo a compartir estas reflexiones con otros, ya que son una fuente de inspiración y esperanza. Queridos amigos, ahora veamos las escrituras bíblicas a continuación que hablan sobre la Última Cena.
“Mientras comían, tomó Jesús el pan, bendijo, lo partió, dio a sus discípulos, dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo”
— Mateo 26:26
“Tomando la copa, habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos”
— Mateo 26:27
“Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados”
— Mateo 26:28
“Os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre”
— Mateo 26:29
“Mientras comían, Jesús tomó pan bendijo, lo partió les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo”
— Marcos 14:22
“Tomando la copa, habiendo dado gracias, les dio; bebieron de ella todos”
— Marcos 14:23
“Les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada”
— Marcos 14:24
“De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios”
— Marcos 14:25
“Tomó el pan dio gracias, lo partió les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí”
— Lucas 22:19
“De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama”
— Lucas 22:20
“Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan”
— 1 Corintios 11:23
“Habiendo dado gracias, lo partió, dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí”
— 1 Corintios 11:24
“Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí”
— 1 Corintios 11:25
“Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga”
— 1 Corintios 11:26
“Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin”
— Juan 13:1
“Cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase”
— Juan 13:2
“Sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, que había salido de Dios, a Dios iba”
— Juan 13:3
“Se levantó de la cena, se quitó su manto, tomando una toalla, se la ciñó”
— Juan 13:4
“Luego puso agua en un lebrillo, comenzó a lavar los pies de los discípulos, a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido”
— Juan 13:5
“Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho?”
— Juan 13:12
“Vosotros me llamáis Maestro, Señor; decís bien, porque lo soy”
— Juan 13:13
“Pues si yo, el Señor el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros”
— Juan 13:14
“Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis”
— Juan 13:15
“De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió”
— Juan 13:16
“Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis”
— Juan 13:17
“No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar”
— Juan 13:18
“Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy”
— Juan 13:19
“De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; el que me recibe a mí, recibe al que me envió”
— Juan 13:20
“Mientras comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar”
— Mateo 26:21
“Entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor?”
— Mateo 26:22
“Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ese me va a entregar”
— Mateo 26:23
“A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido”
— Mateo 26:24
“Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le dijo: Tú lo has dicho”
— Mateo 26:25
“Cuando se sentaron a la mesa, mientras comían, dijo Jesús: De cierto os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me va a entregar”
— Marcos 14:18
“Entonces ellos comenzaron a entristecerse, a decirle uno por uno: ¿Seré yo? el otro: ¿Seré yo?”
— Marcos 14:19
“Él, respondiendo, les dijo: Es uno de los doce, el que moja conmigo en el plato”
— Marcos 14:20
“A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido”
— Marcos 14:21
“Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa”
— Lucas 22:21
“A la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está determinado; pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado”
— Lucas 22:22
“Entonces ellos comenzaron a discutir entre sí, quién de ellos sería el que había de hacer esto”
— Lucas 22:23
“Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, declaró dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar”
— Juan 13:21
“Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba”
— Juan 13:22
“Uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús”
— Juan 13:23
“A este, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba”
— Juan 13:24
“Él entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es?”
— Juan 13:25
“Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquel es. mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón”
— Juan 13:26
“Después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto”
— Juan 13:27
“Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto”
— Juan 13:28
“Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres”
— Juan 13:29
“Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, luego salió; era ya de noche”
— Juan 13:30
“Entonces, cuando hubo salido, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, Dios es glorificado en él”
— Juan 13:31
“Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, en seguida le glorificará”
— Juan 13:32
“Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir”
— Juan 13:33
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros”
— Juan 13:34
“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”
— Juan 13:35
“La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?”
— 1 Corintios 10:16
“Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan”
— 1 Corintios 10:17
“Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros”
— Juan 6:53
“El que come mi carne bebe mi sangre, tiene vida eterna; yo le resucitaré en el día postrero”
— Juan 6:54
“Porque mi carne es verdadera comida, mi sangre es verdadera bebida”
— Juan 6:55
“El que come mi carne bebe mi sangre, en mí permanece, yo en él”
— Juan 6:56
“Como me envió el Padre viviente, yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí”
— Juan 6:57
“Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente”
— Juan 6:58
“Perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan en las oraciones”
— Hechos 2:42
“Perseverando unánimes cada día en el templo, partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría sencillez de corazón”
— Hechos 2:46
“El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; alargó el discurso hasta la medianoche”
— Hechos 20:7