Queridos hermanos y hermanas, reunamos nuestros corazones y mentes mientras exploramos el profundo viaje de aceptar a Cristo. Esta decisión que transforma la vida es una de las elecciones más importantes que podemos hacer. Es una invitación a abrir nuestros corazones al amor y la gracia de Jesús, quien nos ofrece un nuevo comienzo y vida eterna.
Cuando hablamos de aceptar a Cristo, nos referimos al momento en que una persona reconoce a Jesús como su Señor y Salvador. Esta decisión no se trata solo de saber quién es Jesús, sino de invitarlo a nuestras vidas para que nos guíe y dirija. Comienza reconociendo nuestra propia necesidad de salvación, dándonos cuenta de que somos imperfectos y necesitamos Su perdón. Jesús, a través de Su sacrificio en la cruz, nos ofrece un camino hacia la redención y reconciliación con Dios.
El acto de aceptar a Cristo se ilustra bellamente en la historia de Zaqueo, un recaudador de impuestos que se subió a un árbol sicómoro para ver a Jesús. Cuando Jesús lo vio, llamó a Zaqueo para que bajara y fue a su casa. Este encuentro cambió la vida de Zaqueo para siempre, llevándolo al arrepentimiento y a hacer enmiendas. De manera similar, cuando aceptamos a Cristo, nuestras vidas son transformadas. Nos alejamos de nuestros viejos caminos y abrazamos una nueva vida en Él.
Queridos amigos, aceptar a Cristo implica una oración sincera de arrepentimiento y fe. Se trata de confiarle nuestras vidas a Jesús y seguir Sus enseñanzas. Significa comprometernos a una relación con Él y permitir que Su amor moldee nuestras acciones y elecciones. Esta relación no es un evento único sino un viaje continuo de acercamiento a Dios.
Al abrazar esta nueva vida, somos llenados con el Espíritu Santo, quien nos capacita para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. Es una vida marcada por la alegría, la paz y el propósito. Esta transformación es un testimonio del poder del amor de Dios y la esperanza que tenemos en Cristo.
Queridos amigos, ahora veamos las escrituras de la Biblia a continuación que hablan sobre aceptar a Cristo.
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”
— Juan 1:12
“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”
— Romanos 10:9
“Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, serás salvo, tú tu casa”
— Hechos 16:31
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”
— Juan 3:16
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; esto no de vosotros, pues es don de Dios”
— Efesios 2:8
“Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, él en Dios”
— 1 Juan 4:15
“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, también al griego”
— Romanos 1:16
“El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”
— 1 Juan 5:12
“Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; por cuya herida fuisteis sanados”
— 1 Pedro 2:24
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad, la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”
— Juan 14:6
“En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”
— Hechos 4:12
“Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vanoPorque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado, que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras”
— 1 Corintios 15:1-4
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó se entregó a sí mismo por mí”
— Gálatas 2:20
“A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos”
— Mateo 10:32
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”
— 2 Corintios 5:17
“Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él”
— Colosenses 2:6
“Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; el que en mí cree, no tendrá sed jamás”
— Juan 6:35
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”
— Juan 3:36
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”
— Romanos 5:1
“He aquí, yo estoy a la puerta llamo; si alguno oye mi voz abre la puerta, entraré a él, cenaré con él, él conmigo”
— Apocalipsis 3:20
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, cree al que me envió, tiene vida eterna; no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”
— Juan 5:24
“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”
— Romanos 6:23
“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, para que creáis en el nombre del Hijo de Dios”
— 1 Juan 5:13
“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”
— Romanos 8:1
“Ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe”
— Filipenses 3:9
“Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre”
— 1 Juan 2:23
“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”
— Juan 8:12
“Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; entrará, saldrá, hallará pastos”
— Juan 10:9
“Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”
— Romanos 10:13
“Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús”
— Gálatas 3:26
“Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, a Jesucristo, a quien has enviado”
— Juan 17:3
“Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados cimentados en amor”
— Efesios 3:17
“A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”
— Colosenses 1:27
“Porque hay un solo Dios, un solo mediador entre Dios los hombres, Jesucristo hombre”
— 1 Timoteo 2:5
“Quien nos salvó llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos”
— 2 Timoteo 1:9
“Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”
— Hebreos 7:25
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel justo para perdonar nuestros pecados, limpiarnos de toda maldad”
— 1 Juan 1:9
“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”
— Romanos 8:38-39
“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”
— 2 Corintios 5:21
“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”
— Juan 11:25
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”
— Juan 15:5
“Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración por la renovación en el Espíritu Santo”
— Tito 3:5
“Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él”
— 1 Juan 5:1
“En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”
— Efesios 1:13
“Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive permanece para siempre”
— 1 Pedro 1:23
“Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree”
— Hechos 13:38-39
“El que creyere fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”
— Marcos 16:16
“Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas”
— Juan 12:46
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, que es galardonador de los que le buscan”
— Hebreos 11:6
“La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia”
— Romanos 3:22
“Porque habéis muerto, vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”
— Colosenses 3:3
“Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él”
— 1 Tesalonicenses 5:9-10
“Por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre”
— Gálatas 4:6
“Este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado”
— 1 Juan 3:23
“Dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”
— Mateo 18:3
“A quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas”
— 1 Pedro 1:8-9
“Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, para que creyendo, tengáis vida en su nombre”
— Juan 20:31
“Por medio de las cuales nos ha dado preciosas grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia”
— 2 Pedro 1:4
“El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”
— Juan 7:38
“Decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, sígame”
— Lucas 9:23
“El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”
— Juan 1:29