Queridos hermanos y hermanas, cuando reflexionamos sobre el cuidado de los animales como se describe en las Sagradas Escrituras, encontramos que la Biblia proporciona profundas ideas sobre nuestra responsabilidad hacia toda la creación de Dios. El cuidado de los animales no es meramente una sugerencia, sino un principio profundamente arraigado que refleja el amor y la compasión de Dios por todos los seres vivos. Desde el principio, cuando Dios creó el mundo, confió a la humanidad la administración de la tierra, incluyendo las criaturas que la habitan. Esta responsabilidad divina nos llama a tratar a los animales con amabilidad y respeto.
Las Escrituras nos recuerdan que una persona justa se preocupa por las necesidades de sus animales. Esto nos enseña que la compasión debe extenderse más allá de los humanos para incluir a todos los seres vivos, ya que ellos también son parte de la creación de Dios. La preocupación del Señor por los animales es evidente en varias narrativas bíblicas. Por ejemplo, el Arca de Noé es un testimonio del deseo de Dios de preservar la vida animal, asegurándose de que cada tipo de criatura fuera salvada del diluvio.
Además, queridos amigos, la Biblia describe instancias donde los animales juegan roles significativos en los planes de Dios. La burra de Balaam, por ejemplo, se le dio una voz para hablar, destacando que los animales son valorados y pueden ser instrumentos del propósito divino. Tales historias nos recuerdan que los animales tienen un valor intrínseco y deben ser tratados con dignidad.
Como administradores de la creación de Dios, estamos llamados a reflejar Su carácter mostrando misericordia y ternura hacia los animales. Este cuidado no se limita a nuestras mascotas sino que se extiende a todas las criaturas, sean salvajes o domesticadas. Cuando alimentamos a los hambrientos o proporcionamos refugio a los animales, estamos honrando a Dios y cumpliendo nuestro rol como cuidadores de Su creación.
Inspirémonos en las enseñanzas de la Biblia para tratar a los animales con amor y cuidado, reconociéndolos como parte del maravilloso mundo que Dios ha creado. Al hacerlo, no solo cumplimos con nuestro deber divino, sino que también reflejamos la compasión y el amor de nuestro Creador.
Queridos amigos, ahora veamos los pasajes bíblicos a continuación que hablan sobre el cuidado de los animales.
“El justo cuida de la vida de su bestiaMas el corazón de los impíos es cruel”
— Proverbios 12:10
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, en todo animal que se arrastra sobre la tierra”
— Génesis 1:26
“Los bendijo Dios, les dijo: Fructificad multiplicaos; llenad la tierra, sojuzgadla, señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”
— Génesis 1:28
“Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿le dejarás sin ayuda? Antes bien le ayudarás a levantarlo”
— Éxodo 23:5
“Seis días trabajarás, al séptimo día reposarás, para que descanse tu buey tu asno, tome refrigerio el hijo de tu sierva, el extranjero”
— Éxodo 23:12
“Si vieres extraviado el buey de tu hermano, o su cordero, no le negarás tu ayuda; lo volverás a tu hermano”
— Deuteronomio 22:1
“Si vieres el asno de tu hermano, o su buey, caído en el camino, no te apartarás de él; le ayudarás a levantarlo”
— Deuteronomio 22:4
“No pondrás bozal al buey cuando trillare”
— Deuteronomio 25:4
“Él hace producir el heno para las bestiasY la hierba para el servicio del hombreSacando el pan de la tierra”
— Salmos 104:14
“Él da a la bestia su mantenimientoY a los hijos de los cuervos que claman”
— Salmos 147:9
“Sé diligente en conocer el estado de tus ovejasY mira con cuidado por tus rebaños”
— Proverbios 27:23
“Morará el lobo con el cordero, el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro el león la bestia doméstica andarán juntos, un niño los pastoreará”
— Isaías 11:6
“No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar”
— Isaías 11:9
“¿no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha su mano izquierda, muchos animales?”
— Jonás 4:11
“Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”
— Mateo 6:26
“¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre”
— Mateo 10:29
“¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios”
— Lucas 12:6
“Dirigiéndose a ellos, dijo: ¿Quién de vosotros, si su asno o su buey cae en algún pozo, no lo sacará inmediatamente, aunque sea en día de reposo?”
— Lucas 14:5