Queridos hermanos y hermanas, adentrémonos en el profundo y transformador concepto del Reino de Dios. Este es un tema central entrelazado en las enseñanzas de Jesús y tiene una inmensa importancia espiritual para todos los creyentes. El Reino de Dios no es meramente un ámbito físico, sino una realidad espiritual que comienza en los corazones de quienes siguen a Cristo. Representa el gobierno soberano de Dios, Su presencia divina, y Su voluntad haciéndose en la tierra como en el cielo.
El Reino de Dios es un tesoro que vale la pena buscar con todo el corazón. Jesús lo comparó con una semilla de mostaza, pequeña pero que crece hasta convertirse en un gran árbol, ilustrando cómo el reinado de Dios comienza humildemente dentro de nosotros y se expande para influir en cada parte de nuestras vidas. Querido amigo, el Reino es como la levadura que transforma la masa, simbolizando cómo el amor y la gracia de Dios nos transforman desde adentro hacia afuera, haciéndonos nuevas criaturas en Cristo.
Entrar en el Reino de Dios requiere una fe como la de un niño, un corazón abierto para recibir el amor y la verdad de Jesús. Exige arrepentimiento, apartarse del pecado y abrazar la justicia que proviene de Dios. Jesús enseñó que el Reino pertenece a los pobres en espíritu, aquellos que reconocen su necesidad de la misericordia y la gracia de Dios.
En el Reino de Dios, hay justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Es un lugar donde los últimos serán primeros y los humildes son exaltados. El Reino está presente dondequiera que se haga la voluntad de Dios, ya sea en actos de bondad, perdón o amor. Como ciudadanos de este Reino, estamos llamados a ser embajadores, compartiendo las buenas nuevas de Jesús y viviendo Sus enseñanzas en nuestra vida diaria.
Queridos amigos, el Reino de Dios está cerca. Es accesible para todos los que lo buscan con corazones sinceros. Abrácenlo con fe y dejen que los guíe en cada paso que den. Ahora veamos las escrituras de la Biblia a continuación que hablan sobre el Reino de Dios.
“Mas buscad primeramente el reino de Dios su justicia, todas estas cosas os serán añadidas”
— Mateo 6:33
“Ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros”
— Lucas 17:21
“Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz gozo en el Espíritu Santo”
— Romanos 14:17
“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”
— Mateo 5:3
“Diciendo: El tiempo se ha cumplido, el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, creed en el evangelio”
— Marcos 1:15
“Yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado”
— Mateo 10:7
“Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, lo esconde de nuevo; gozoso por ello va vende todo lo que tiene, compra aquel campo”
— Mateo 13:44
“También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas”
— Mateo 13:45
“Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces”
— Mateo 13:47
“Dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”
— Mateo 18:3
“Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos”
— Mateo 19:14
“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos”
— Mateo 19:23
“Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado”
— Lucas 4:43
“Alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios”
— Lucas 6:20
“Los envió a predicar el reino de Dios, a sanar a los enfermos”
— Lucas 9:2
“Cuando la gente lo supo, le siguió; él les recibió, les hablaba del reino de Dios, sanaba a los que necesitaban ser curados”
— Lucas 9:11
“Pero os digo en verdad, que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios”
— Lucas 9:27
“Mas buscad el reino de Dios, todas estas cosas os serán añadidas”
— Lucas 12:31
“Porque vendrán del oriente del occidente, del norte del sur, se sentarán a la mesa en el reino de Dios”
— Lucas 13:29
“Respondió Jesús le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”
— Juan 3:3
“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”
— Juan 3:5
“Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres mujeres”
— Hechos 8:12
“Predicando el reino de Dios enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente sin impedimento”
— Hechos 28:31
“Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder”
— 1 Corintios 4:20
“El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, trasladado al reino de su amado Hijo”
— Colosenses 1:13
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”
— Filipenses 3:20
“Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor reverencia”
— Hebreos 12:28
“Nos hizo reyes sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria imperio por los siglos de los siglos. Amén”
— Apocalipsis 1:6
“Nos has hecho para nuestro Dios reyes sacerdotes, reinaremos sobre la tierra”
— Apocalipsis 5:10
“El séptimo ángel tocó la trompeta, hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor de su Cristo; él reinará por los siglos de los siglos”
— Apocalipsis 11:15