Queridos hermanos y hermanas, al profundizar en el tema del maquillaje, acerquémonos a él con la sabiduría y gracia que se encuentran en la Biblia. Las escrituras ofrecen orientación sobre cómo debemos presentarnos, tanto interior como exteriormente. Aunque la Biblia no menciona el maquillaje explícitamente, sí proporciona principios que pueden aplicarse a nuestras vidas modernas.
La Biblia nos anima a centrarnos en nuestra belleza interior en lugar de solo en las apariencias externas. Se nos recuerda que un espíritu apacible y tranquilo es precioso a los ojos de Dios. Esto no significa que cuidar nuestra apariencia sea incorrecto, sino que nuestra verdadera belleza debe venir desde dentro. Es importante cultivar virtudes como la bondad, la humildad y el amor, que se reflejan en nuestras acciones y palabras.
En la Biblia, vemos ejemplos de mujeres que fueron alabadas por sus cualidades internas. Ester, por ejemplo, es recordada no solo por su belleza, sino por su valentía y fidelidad. Su historia nos enseña el valor de usar nuestros dones y atributos para un propósito mayor, subrayando la importancia del carácter sobre el adorno exterior.
Querido amigo, es vital recordar que nuestro valor no se mide por nuestra apariencia, sino por quiénes somos en Cristo. Somos creados a imagen de Dios, y nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo. Por lo tanto, todo lo que hagamos, incluyendo cómo elegimos presentarnos, debe honrar a Dios.
El maquillaje puede usarse para realzar nuestras características naturales, pero no debe convertirse en un ídolo o en un medio para buscar validación. Esforcémonos por equilibrar nuestra apariencia externa con nuestro crecimiento interno, buscando reflejar el amor y la luz de Cristo en todo lo que hacemos.
En conclusión, queridos amigos, recordemos buscar la belleza interior y reflejar el carácter de Cristo. Si encuentras útil este contenido, por favor compártelo con otros. Queridos amigos, ahora veamos las escrituras de la Biblia a continuación que hablan sobre el maquillaje.
“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos”
— 1 Pedro 3:3
“Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos”
— 1 Timoteo 2:9
“Engañosa es la gracia, vana la hermosuraLa mujer que teme a Jehová, esa será alabada”
— Proverbios 31:30
“Asimismo dice Jehová: Por cuanto las hijas de Sion se ensoberbecen, andan con cuello erguido con ojos desvergonzados; cuando andan van danzando, haciendo son con los pies”
— Isaías 3:16
“Además, enviaron por hombres que viniesen de lejos, a los cuales había sido enviado mensajero, he aquí vinieron; por amor de ellos te lavaste, pintaste tus ojos, te ataviaste con adornos”
— Ezequiel 23:40
“Tú, destruida, ¿qué harás? Aunque te vistas de grana, aunque te adornes con atavíos de oro, aunque pintes con antimonio tus ojos, en vano te engalanas; te menospreciarán tus amantes, buscarán tu vida”
— Jeremías 4:30
“Toda tú eres hermosa, amiga míaY en ti no hay mancha”
— Cantares 4:7
“Cuando los camellos acabaron de beber, le dio el hombre un pendiente de oro que pesaba medio siclo, dos brazaletes que pesaban diez”
— Génesis 24:22
“Cuando llegaba el tiempo de cada una de las doncellas para venir al rey Asuero, después de haber estado doce meses conforme a la ley acerca de las mujeres, pues así se cumplía el tiempo de sus atavíos, esto es, seis meses con óleo de mirra seis meses con perfumes aromáticos afeites de mujeres”
— Ester 2:12
“Así fuiste adornada de oro de plata, tu vestido era de lino fino, seda bordado; comiste flor de harina de trigo, miel aceite; fuiste hermoseada en extremo, prosperaste hasta llegar a reinar”
— Ezequiel 16:13
“En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, como a novia adornada con sus joyas”
— Isaías 61:10
“Entonces le pregunté, dije: ¿De quién eres hija? ella respondió: Hija de Betuel hijo de Nacor, que le dio a luz Milca. Entonces le puse un pendiente en su nariz, brazaletes en sus brazos”
— Génesis 24:47
“Vino después Jehú a Jezreel; cuando Jezabel lo oyó, se pintó los ojos con antimonio, atavió su cabeza, se asomó a una ventana”
— 2 Reyes 9:30
“Hermosas son tus mejillas entre los pendientesTu cuello entre los collares”
— Cantares 1:10
“En lugar de los perfumes aromáticos vendrá hediondez; cuerda en lugar de cinturón, cabeza rapada en lugar de la compostura del cabello; en lugar de ropa de gala ceñimiento de cilicio, quemadura en vez de hermosura”
— Isaías 3:24
“Te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino te cubrí de seda”
— Ezequiel 16:10
“La doncella agradó a sus ojos, halló gracia delante de él, por lo que hizo darle prontamente atavíos alimentos, le dio también siete doncellas especiales de la casa del rey; la llevó con sus doncellas a lo mejor de la casa de las mujeres”
— Ester 2:9
“Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”
— 1 Samuel 16:7
“Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdoEs la mujer hermosa apartada de razón”
— Proverbios 11:22
“Aquel día quitará el Señor el atavío del calzado, las redecillas, las lunetas”
— Isaías 3:18
“Te atavié con adornos, puse brazaletes en tus brazos collar a tu cuello”
— Ezequiel 16:11
“Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obrasEstoy maravilladoY mi alma lo sabe muy bien”
— Salmos 139:14
“He aquí que tú eres hermosa, amiga míaHe aquí eres bella; tus ojos son como palomas”
— Cantares 1:15
“Los collares, los pendientes los brazaletes”
— Isaías 3:19
“Puse joyas en tu nariz, zarcillos en tus orejas, una hermosa diadema en tu cabeza”
— Ezequiel 16:12
“Aconteció que al tercer día se vistió Ester su vestido real, entró en el patio interior de la casa del rey, enfrente del aposento del rey; estaba el rey sentado en su trono en el aposento real, enfrente de la puerta del aposento”
— Ester 5:1
“Sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable apacible, que es de grande estima delante de Dios”
— 1 Pedro 3:4
“Las cofias, los atavíos de las piernas, los partidores del pelo, los pomitos de olor los zarcillos”
— Isaías 3:20
“Salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice Jehová el Señor”
— Ezequiel 16:14
“No codicies su hermosura en tu corazónNi ella te prenda con sus ojos”
— Proverbios 6:25
“Los anillos, los joyeles de las narices”
— Isaías 3:21
“Te lavé con agua, lavé tus sangres de encima de ti, te ungí con aceite”
— Ezequiel 16:9
“¿Se olvida la virgen de su atavío, o la desposada de sus galas? Pero mi pueblo se ha olvidado de mí por innumerables días”
— Jeremías 2:32
“Los espejos, el lino fino, las gasas los tocados”
— Isaías 3:23
“Te hice multiplicar como la hierba del campo; creciste te hiciste grande, llegaste a ser muy hermosa; tus pechos se habían formado, tu pelo había crecido; pero estabas desnuda descubierta”
— Ezequiel 16:7
“Serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actú; los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve”
— Malaquías 3:17
“Las ropas de gala, los mantoncillos, los velos, las bolsas”
— Isaías 3:22
“Pasé yo otra vez junto a ti, te miré, he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; extendí mi manto sobre ti, cubrí tu desnudez; te di juramento entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor, fuiste mía”
— Ezequiel 16:8
“Deseará el rey tu hermosuraE inclínate a él, porque él es tu señor”
— Salmos 45:11
“Por tanto, el Señor raerá la cabeza de las hijas de Sion, Jehová descubrirá sus vergüenzas”
— Isaías 3:17
“Pero confiaste en tu hermosura, te prostituiste a causa de tu renombre, derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron; suya eras”
— Ezequiel 16:15
“Sus puertas se entristecerán enlutarán, ella, desamparada, se sentará en tierra”
— Isaías 3:26
“No hubo ojo que se compadeciese de ti para hacerte algo de esto, teniendo de ti misericordia; sino que fuiste arrojada sobre la faz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste”
— Ezequiel 16:5
“Tus varones caerán a espada, tu fuerza en la guerra”
— Isaías 3:25
“Hijo de hombre, notifica a Jerusalén sus abominaciones”
— Ezequiel 16:2
“En cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas”
— Ezequiel 16:4