Queridos hermanos y hermanas, al explorar el profundo tema de entrar en el Reino de Dios, reconozcamos primero que este viaje es más que un camino físico; es una búsqueda espiritual. El Reino de Dios es un lugar de presencia divina, justicia y paz eterna. Es un reino donde la voluntad de Dios se cumple perfectamente. Para entrar en este Reino, uno debe abrazar las enseñanzas de Jesucristo, quien nos mostró el camino a través de Su vida y sacrificio.
Jesús enseñó que entrar en el Reino de Dios requiere una transformación del corazón. Enfatizó la importancia de nacer de nuevo, lo que significa un renacimiento espiritual. Esto implica dejar atrás nuestros viejos caminos y permitir que Dios renueve nuestras mentes y almas. Es una invitación a vivir según los principios del amor, la misericordia y la humildad. Jesús nos recordó que el Reino pertenece a aquellos que son como niños pequeños: puros de corazón y confiados en la bondad de Dios.
Además, queridos amigos, Jesús advirtió que no es fácil para los ricos entrar en el Reino, no porque la riqueza sea inherentemente mala, sino porque puede convertirse en una distracción. En cambio, Jesús nos animó a buscar primero el Reino de Dios y su justicia, confiando en que todas las demás cosas serán provistas.
Las parábolas de Jesús a menudo ilustraban el valor del Reino y la urgencia de buscarlo. Lo comparó con un tesoro escondido o una perla preciosa, enfatizando que vale la pena renunciar a todo lo demás para obtenerlo. Esto nos recuerda que nuestras prioridades deben alinearse con los deseos de Dios.
Queridos hermanos y hermanas, entrar en el Reino de Dios también requiere arrepentimiento y fe. Se trata de alejarnos del pecado y creer en el Evangelio. Se trata de vivir de acuerdo con los mandamientos de Dios y amar a nuestros prójimos como a nosotros mismos.
Esforcémonos por vivir vidas que reflejen los valores del Reino, pues solo a través de tal compromiso podemos realmente entrar en Su presencia. Que todos busquemos este Reino con corazones sinceros e intenciones puras.
Queridos amigos, ahora veamos las escrituras bíblicas a continuación que hablan sobre entrar en el Reino de Dios.
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”
— Mateo 7:21
“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”
— Juan 3:5
“De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él”
— Marcos 10:15
“Dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”
— Mateo 18:3
“De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él”
— Lucas 18:17
“Respondió Jesús le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”
— Juan 3:3
“Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios”
— Mateo 19:24
“Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios”
— Marcos 10:25
“Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, no podrán”
— Lucas 13:24
“Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”
— Mateo 5:20
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, espacioso el camino que lleva a la perdición, muchos son los que entran por ella”
— Mateo 7:13
“Si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno”
— Marcos 9:47
“La ley los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, todos se esfuerzan por entrar en él”
— Lucas 16:16
“Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios”
— Hechos 14:22
“Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios”
— Lucas 18:25
“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones”
— 1 Corintios 6:9
“Envidias, homicidios, borracheras, orgías, cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”
— Gálatas 5:21
“Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo de Dios”
— Efesios 5:5
“¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos las rameras van delante de vosotros al reino de Dios”
— Mateo 21:31
“Mas ¡ay de vosotros, escribas fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando”
— Mateo 23:13
“Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos”
— Mateo 19:14
“Viéndolo Jesús, se indignó, les dijo: Dejad a los niños venir a mí, no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios”
— Marcos 10:14
“Él les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios”
— Lucas 18:29
“Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”
— Mateo 25:34
“Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios”
— Lucas 9:62
“Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; entrará, saldrá, hallará pastos”
— Juan 10:9
“Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz gozo en el Espíritu Santo”
— Romanos 14:17
“Porque de esta manera os será otorgada amplia generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor Salvador Jesucristo”
— 2 Pedro 1:11
“El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, trasladado al reino de su amado Hijo”
— Colosenses 1:13
“Predicando el reino de Dios enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente sin impedimento”
— Hechos 28:31
“Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, lo esconde de nuevo; gozoso por ello va vende todo lo que tiene, compra aquel campo”
— Mateo 13:44
“Diciendo: El tiempo se ha cumplido, el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, creed en el evangelio”
— Marcos 1:15
“¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley! porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, a los que entraban se lo impedisteis”
— Lucas 11:52
“Ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros”
— Lucas 17:21
“También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas”
— Mateo 13:45
“Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces”
— Mateo 13:47
“Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí”
— Juan 18:36
“A ti te daré las llaves del reino de los cielos; todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos”
— Mateo 16:19
“Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado”
— Mateo 13:33
“Él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, oyendo no entiendan”
— Lucas 8:10
“Mas buscad primeramente el reino de Dios su justicia, todas estas cosas os serán añadidas”
— Mateo 6:33
“Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó sembró en su campo”
— Mateo 13:31
“El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo”
— Mateo 22:2
“Sanad a los enfermos que en ella haya, decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios”
— Lucas 10:9
“No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino”
— Lucas 12:32
“Les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas”
— Marcos 4:11
“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos”
— Mateo 19:23
“Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado”
— Mateo 13:11
“Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra”
— Marcos 4:26
“Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo”
— Mateo 13:24
“Dijo: ¿A qué es semejante el reino de Dios, con qué lo compararé?”
— Lucas 13:18
“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”
— Mateo 5:3
“Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. ya ninguno osaba preguntarle”
— Marcos 12:34
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad, la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”
— Juan 14:6
“Pero esto digo, hermanos: que la carne la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción”
— 1 Corintios 15:50
“Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor reverencia”
— Hebreos 12:28
“El séptimo ángel tocó la trompeta, hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor de su Cristo; él reinará por los siglos de los siglos”
— Apocalipsis 11:15
“Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, el reino de nuestro Dios, la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día noche”
— Apocalipsis 12:10
“Os digo que vendrán muchos del oriente del occidente, se sentarán con Abraham Isaac Jacob en el reino de los cielos”
— Mateo 8:11
“Porque vendrán del oriente del occidente, del norte del sur, se sentarán a la mesa en el reino de Dios”
— Lucas 13:29
“Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”
— Mateo 6:10
“Cuando alguno oye la palabra del reino no la entiende, viene el malo, arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino”
— Mateo 13:19
“Él les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas cosas viejas”
— Mateo 13:52
“También les dijo: De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios venido con poder”
— Marcos 9:1
“Mas Jesús, llamándolos, dijo: Dejad a los niños venir a mí, no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios”
— Lucas 18:16
“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo”
— Mateo 25:1
“Porque el reino de los cielos es como un hombre que éndose lejos, llamó a sus siervos les entregó sus bienes”
— Mateo 25:14
“Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, arregló cuentas con ellos”
— Mateo 25:19
“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria”
— Mateo 25:31
“Respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”
— Mateo 25:40
“Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis”
— Mateo 25:45
“Irán estos al castigo eterno, los justos a la vida eterna”
— Mateo 25:46