Queridos hermanos y hermanas, adentrémonos en el tema de la lujuria con reverencia y comprensión. La lujuria es un deseo poderoso que puede desviar nuestros corazones. Es más que un simple sentimiento; es una fuerza que puede consumir nuestros pensamientos y dirigir nuestras acciones lejos de lo que es justo y puro. La Biblia nos advierte sobre los peligros de la lujuria y su capacidad para separarnos del camino santo de Dios.
La lujuria comienza en el corazón, y puede crecer si no guardamos nuestras mentes y espíritus. Debemos recordar que nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo, y estamos llamados a honrar a Dios con nuestros cuerpos y pensamientos. Cuando permitimos que la lujuria eche raíces, puede llevarnos a acciones que nos dañen a nosotros mismos y a otros. La Palabra de Dios nos enseña a huir de la lujuria y buscar la pureza en todas las cosas.
Consideren la historia del rey David, queridos amigos. A pesar de ser un hombre conforme al corazón de Dios, cayó en pecado por causa de la lujuria. Su deseo por Betsabé lo llevó a una serie de acciones pecaminosas que trajeron dolor y sufrimiento a su vida y a la de otros. Esta historia nos sirve de advertencia y lección a todos. Debemos ser vigilantes y guardar nuestros corazones contra tales deseos.
La buena noticia es que no estamos solos en esta batalla. Dios nos proporciona fuerza y sabiduría para superar la tentación. Al llenar nuestros corazones con Su Palabra y rodearnos de influencias piadosas, podemos resistir el impulso de la lujuria. La oración y la responsabilidad con otros creyentes también pueden ayudarnos a mantener la pureza.
Queridos amigos, esforcémonos por vivir vidas que agraden a nuestro Señor. Al centrarnos en lo que es verdadero, noble y puro, podemos mantener nuestros corazones alineados con Su voluntad. Si encuentran útil este mensaje, les animo a compartirlo con otros que puedan necesitar ánimo.
Queridos amigos, ahora veamos las escrituras de la Biblia a continuación que hablan sobre la lujuria.
“Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca”
— 1 Corintios 6:18
“Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”
— Mateo 5:28
“Digo, pues: Andad en el Espíritu, no satisfagáis los deseos de la carne”
— Gálatas 5:16
“Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído seducido”
— Santiago 1:14
“Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo”
— 1 Juan 2:16
“Sino vestíos del Señor Jesucristo, no proveáis para los deseos de la carne”
— Romanos 13:14
“Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos avaricia, que es idolatría”
— Colosenses 3:5
“No codicies su hermosura en tu corazónNi ella te prenda con sus ojos”
— Proverbios 6:25
“Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación”
— 1 Tesalonicenses 4:3
“Huye también de las pasiones juveniles, sigue la justicia, la fe, el amor la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor”
— 2 Timoteo 2:22
“Hice pacto con mis ojos¿Cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?”
— Job 31:1
“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos”
— Efesios 4:22
“Amados, yo os ruego como a extranjeros peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”
— 1 Pedro 2:11
“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu”
— Romanos 8:5
“La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz”
— Mateo 6:22
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”
— 1 Corintios 10:13
“No se aparte tu corazón a sus caminosNo yerres en sus veredas”
— Proverbios 7:25
“Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, son hijos de maldición”
— 2 Pedro 2:14
“Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios”
— Marcos 7:21
“Aparta mis ojos, que no vean la vanidadAvívame en tu camino”
— Salmos 119:37
“¿De dónde vienen las guerras los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?”
— Santiago 4:1
“Pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando”
— 1 Corintios 7:9
“Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, dijo: Duerme conmigo”
— Génesis 39:7
“Sea bendito tu manantialY alégrate con la mujer de tu juventud”
— Proverbios 5:18
“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones”
— 1 Corintios 6:9
“Enseñándonos que, renunciando a la impiedad a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa piadosamente”
— Tito 2:12
“Honroso sea en todos el matrimonio, el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios a los adúlteros los juzgará Dios”
— Hebreos 13:4
“No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”
— Éxodo 20:17
“Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia”
— Gálatas 5:19
“No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias”
— Romanos 6:12
“Pero fornicación toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos”
— Efesios 5:3
“Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis”
— 1 Corintios 5:11
“Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación abominables idolatrías”
— 1 Pedro 4:3
“Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne”
— Colosenses 2:23
“Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias”
— Mateo 15:19
“Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos”
— Romanos 1:24
“Yo os conjuro, oh doncellas de JerusalénPor los corzos por las ciervas del campoQue no despertéis ni hagáis velar al amorHasta que quiera”
— Cantares 2:7
“Pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, cada una tenga su propio marido”
— 1 Corintios 7:2
“¿por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer ajenaY abrazarás el seno de la extraña?”
— Proverbios 5:20
“Sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho se paseaba sobre el terrado de la casa real; vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa”
— 2 Samuel 11:2
“El ojo del adúltero está aguardando la nocheDiciendo: No me verá nadieY esconde su rostro”
— Job 24:15
“Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”
— Gálatas 6:8
“Velad orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”
— Mateo 26:41
“Fornicación, vino mosto quitan el juicio”
— Oseas 4:11
“Como Sodoma Gomorra las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquellos, habiendo fornicado ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno”
— Judas 1:7
“Quita, pues, de tu corazón el enojo, aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia la juventud son vanidad”
— Eclesiastés 11:10
“Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación lazo, en muchas codicias necias dañosas, que hunden a los hombres en destrucción perdición”
— 1 Timoteo 6:9
“Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, doscientos siclos de plata, un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié tomé; he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, el dinero debajo de ello”
— Josué 7:21
“Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”
— Colosenses 3:2
“No mires al vino cuando rojeaCuando resplandece su color en la copaSe entra suavemente”
— Proverbios 23:31
“Las viandas para el vientre, el vientre para las viandas; pero tanto al uno como a las otras destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, el Señor para el cuerpo”
— 1 Corintios 6:13
“Porque Herodes había prendido a Juan, le había encadenado metido en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano”
— Mateo 14:3
“No sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura”
— Hebreos 12:16
“Las aguas hurtadas son dulcesY el pan comido en oculto es sabroso”
— Proverbios 9:17
“Gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A estas, pues, se juntó Salomón con amor”
— 1 Reyes 11:2
“Que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas”
— Génesis 6:2
“Tus ojos mirarán cosas extrañasY tu corazón hablará perversidades”
— Proverbios 23:33
“Que os enfervorizáis con los ídolos debajo de todo árbol frondoso, que sacrificáis los hijos en los valles, debajo de los peñascos?”
— Isaías 57:5
“El proceder de la mujer adúltera es asíCome, limpia su bocaY dice: No he hecho maldad”
— Proverbios 30:20
“Lo vio su hermana Aholiba, enloqueció de lujuria más que ella; sus fornicaciones fueron más que las fornicaciones de su hermana”
— Ezequiel 23:11