Queridos hermanos y hermanas, exploremos el profundo significado de la Sangre de Jesús. Este elemento sagrado es central en nuestra fe, simbolizando redención, purificación y el nuevo pacto entre Dios y la humanidad. La Sangre de Jesús no es solo un hecho histórico, sino una verdad espiritual que tiene un inmenso poder y significado en nuestras vidas hoy.
Cuando hablamos de la Sangre de Jesús, recordamos Su sacrificio supremo en la cruz. Él derramó Su sangre para la remisión de nuestros pecados, ofreciéndonos un camino hacia la vida eterna. Este acto de amor y obediencia cumplió la ley y los profetas, llevándonos a una nueva relación con Dios. A través de Su sangre, somos limpiados de toda injusticia, nuestros pecados perdonados, y somos reconciliados con nuestro Padre Celestial.
La Sangre de Jesús también significa protección y victoria. Así como los israelitas fueron protegidos por la sangre del cordero durante la Pascua, nosotros somos protegidos por la sangre de Cristo. Es nuestra defensa contra las fuerzas del mal, otorgándonos victoria en las batallas espirituales. El enemigo no puede resistir el poder de la sangre, pues representa el triunfo de Jesús sobre el pecado y la muerte.
Además, la Sangre de Jesús establece el nuevo pacto. Este pacto no se basa en las obras de la ley, sino en la gracia y la verdad. Nos invita a tener una relación personal con Dios, donde podemos acercarnos a Su trono de gracia con confianza, sabiendo que somos Sus amados hijos.
Querido amigo, la Sangre de Jesús es un regalo de gracia, un símbolo de esperanza y una promesa de vida eterna. Nos recuerda que somos profundamente amados y que ningún pecado es demasiado grande para ser perdonado. Abrazar esta verdad y vivir en la libertad y el gozo que la sangre de Cristo trae.
Queridos amigos, ahora veamos las escrituras bíblicas a continuación que hablan sobre la Sangre de Jesús.
“¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?”
— Hebreos 9:14
“En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia”
— Efesios 1:7
“Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”
— 1 Juan 1:7
“Ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero de la palabra del testimonio de ellos, menospreciaron sus vidas hasta la muerte”
— Apocalipsis 12:11
“Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira”
— Romanos 5:9
“Por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz”
— Colosenses 1:20
“Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha sin contaminación”
— 1 Pedro 1:18-19
“De Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, nos lavó de nuestros pecados con su sangre”
— Apocalipsis 1:5
“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo”
— Hebreos 10:19
“Por tanto, mirad por vosotros, por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre”
— Hechos 20:28
“Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados”
— Mateo 26:28
“Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne bebe mi sangre, tiene vida eterna; yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne bebe mi sangre, en mí permanece, yo en él”
— Juan 6:53-56
“A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados”
— Romanos 3:25
“Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta”
— Hebreos 13:12
“La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?”
— 1 Corintios 10:16
“Porque la vida de la carne en la sangre está, yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; la misma sangre hará expiación de la persona”
— Levítico 17:11
“Yo le dije: Señor, tú lo sabes. él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, han lavado sus ropas, las han emblanquecido en la sangre del Cordero”
— Apocalipsis 7:14
“Casi todo es purificado, según la ley, con sangre; sin derramamiento de sangre no se hace remisión”
— Hebreos 9:22
“Tú también por la sangre de tu pacto serás salva; yo he sacado tus presos de la cisterna en que no hay agua”
— Zacarías 9:11
“La sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; veré la sangre pasaré de vosotros, no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto”
— Éxodo 12:13
“Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo”
— Efesios 2:13
“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, por su llaga fuimos nosotros curados”
— Isaías 53:5
“A Jesús el Mediador del nuevo pacto, a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel”
— Hebreos 12:24
“Les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada”
— Marcos 14:24
“Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí”
— 1 Corintios 11:25
“El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”
— Juan 1:29
“Venid luego, dice Jehová, estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”
— Isaías 1:18
“Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros. respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, sobre nuestros hijos”
— Mateo 27:24-25
“Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, al instante salió sangre agua”
— Juan 19:34
“Este es Jesucristo, que vino mediante agua sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua sangre. el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad”
— 1 Juan 5:6
“¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva”
— Romanos 6:3-4
“Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)”
— Gálatas 3:13
“Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio clavándola en la cruz”
— Colosenses 2:14
“Que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo”
— Hebreos 7:27
“Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; por cuya herida fuisteis sanados”
— 1 Pedro 2:24
“Quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”
— Tito 2:14
“De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama”
— Lucas 22:20
“Entonces Moisés tomó la sangre roció sobre el pueblo, dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas”
— Éxodo 24:8
“Tomará luego de la sangre del becerro, la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre”
— Levítico 16:14
“Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, llevará la sangre detrás del velo adentro, hará de la sangre como hizo con la sangre del becerro, la esparcirá sobre el propiciatorio delante del propiciatorio”
— Levítico 16:15
“Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, al instante salió sangre agua”
— Juan 19:34
“Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate bautízate, lava tus pecados, invocando su nombre”
— Hechos 22:16
“Cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje lengua pueblo nación”
— Apocalipsis 5:9
“Esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, por el Espíritu de nuestro Dios”
— 1 Corintios 6:11
“Andad en amor, como también Cristo nos amó, se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda sacrificio a Dios en olor fragante”
— Efesios 5:2
“Lo degolló; Moisés tomó la sangre, puso con su dedo sobre los cuernos del altar alrededor, purificó el altar; echó la demás sangre al pie del altar, lo santificó para reconciliar sobre él”
— Levítico 8:15
“En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre”
— Hebreos 10:10
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”
— Juan 3:16
“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados”
— 1 Juan 4:10