Queridos hermanos y hermanas, hoy nos reunimos para explorar la gloriosa promesa de la vida eterna tal como se revela en las Sagradas Escrituras. Este concepto sagrado es una piedra angular de nuestra fe, ofreciendo esperanza y seguridad a todos los que creen. La vida eterna no es solo una promesa lejana; es una realidad presente para aquellos que han puesto su confianza en el Señor.
El don de la vida eterna se ofrece libremente a través de la gracia y el amor de nuestro Salvador. No es algo que podamos ganar con nuestras obras, sino que es un don divino que se alcanza mediante la fe en Jesucristo. Nuestro Señor, en Su infinita misericordia, ha abierto las puertas del cielo a todos los que creen en Él. Esta promesa es un testimonio del amor de Dios, un amor tan profundo que envió a Su único Hijo a morir por nuestros pecados, para que podamos tener vida eterna.
Consideren las palabras de Jesús, que habló de agua viva que apaga nuestra sed espiritual para siempre. Él nos invita a beber de este pozo de salvación, asegurándonos que quien crea en Él nunca perecerá, sino que tendrá vida eterna. Esta promesa no está limitada a unos pocos selectos; se extiende a todos los que aceptan el llamado a seguir a Cristo.
A lo largo de las Escrituras, vemos ejemplos de esta promesa. Abraham, el padre de la fe, esperaba una ciudad con cimientos eternos. El rey David, en sus salmos, expresó confianza en habitar en la casa del Señor para siempre. El apóstol Pablo habló de la corona de justicia que espera a aquellos que han peleado la buena batalla de la fe.
La vida eterna es más que vivir para siempre; es una vida llena de la presencia de Dios, una vida de gozo, paz y plenitud. Es una vida donde somos plenamente conocidos y plenamente amados por nuestro Creador. Mientras transitamos por esta vida, mantengamos firme esta esperanza, animándonos unos a otros con la promesa de la eternidad.
Queridos amigos, ahora veamos las escrituras de la Biblia a continuación que hablan sobre la vida eterna.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”
— Juan 3:16
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, cree al que me envió, tiene vida eterna; no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”
— Juan 5:24
“Yo les doy vida eterna; no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”
— Juan 10:28
“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”
— Romanos 6:23
“Este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; esta vida está en su Hijo”
— 1 Juan 5:11
“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, para que creáis en el nombre del Hijo de Dios”
— 1 Juan 5:13
“En la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos”
— Tito 1:2
“Para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna”
— Tito 3:7
“Cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, heredará la vida eterna”
— Mateo 19:29
“Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”
— Juan 4:14
“Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos”
— 1 Timoteo 6:12
“Esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, cree en él, tenga vida eterna; yo le resucitaré en el día postrero”
— Juan 6:40
“De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna”
— Juan 6:47
“Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, a Jesucristo, a quien has enviado”
— Juan 17:3
“Esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna”
— 1 Juan 2:25
“Irán estos al castigo eterno, los justos a la vida eterna”
— Mateo 25:46
“Que no haya de recibir mucho más en este tiempo, en el siglo venidero la vida eterna”
— Lucas 18:30
“Para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro”
— Romanos 5:21
“Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”
— Gálatas 6:8
“Pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte sacó a luz la vida la inmortalidad por el evangelio”
— 2 Timoteo 1:10
“No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”
— 2 Corintios 4:18
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”
— Filipenses 3:20-21
“Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria”
— Colosenses 3:4
“Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna”
— Judas 1:21
“Me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa la Omega, el principio el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida”
— Apocalipsis 21:6
“No habrá allí más noche; no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; reinarán por los siglos de los siglos”
— Apocalipsis 22:5
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se glorí”
— Efesios 2:8-9
“Bendito el Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros”
— 1 Pedro 1:3-4
“En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. si me fuere os preparare lugar, vendré otra vez, os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”
— Juan 14:2-3
“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”
— Romanos 8:38-39
“Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna”
— Hebreos 9:15
“Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él”
— 1 Juan 3:15
“El que ama su vida, la perderá; el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará”
— Juan 12:25
“Respondió Jesús dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, tierras, con persecuciones; en el siglo venidero la vida eterna”
— Marcos 10:29-30
“Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, otros para vergüenza confusión perpetua”
— Daniel 12:2
“Me mostrarás la senda de la vidaEn tu presencia hay plenitud de gozoDelicias a tu diestra para siempre”
— Salmos 16:11
“Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, la tierra dará sus muertos”
— Isaías 26:19
“En el camino de la justicia está la vidaY en sus caminos no hay muerte”
— Proverbios 12:28
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; ellas son las que dan testimonio de mí”
— Juan 5:39
“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. todo aquel que vive cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?”
— Juan 11:25-26
“(porque la vida fue manifestada, la hemos visto, testificamos, os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, se nos manifestó)”
— 1 Juan 1:2
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios”
— Apocalipsis 2:7
“El que venciere será vestido de vestiduras blancas; no borraré su nombre del libro de la vida, confesaré su nombre delante de mi Padre, delante de sus ángeles”
— Apocalipsis 3:5
“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, me he sentado con mi Padre en su trono”
— Apocalipsis 3:21
“Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, los guiará a fuentes de aguas de vida; Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos”
— Apocalipsis 7:17
“Bienaventurado santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios de Cristo, reinarán con él mil años”
— Apocalipsis 20:6
“Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios del Cordero”
— Apocalipsis 22:1