Queridos hermanos y hermanas, reunámonos para reflexionar sobre la naturaleza de las posesiones terrenales. Las enseñanzas de la Biblia nos ofrecen profundos conocimientos sobre cómo debemos abordar nuestras pertenencias materiales. Las posesiones terrenales, aunque necesarias para nuestra vida diaria, no deben convertirse en el centro de nuestra existencia. Son temporales y fugaces, mientras que nuestras almas son eternas.
La Biblia nos recuerda que donde esté nuestro tesoro, allí estará también nuestro corazón. Esta enseñanza resalta la importancia de establecer correctamente nuestras prioridades. Si nos enfocamos demasiado en acumular riquezas y posesiones, podemos desviarnos de nuestro camino espiritual. En cambio, se nos anima a almacenar nuestros tesoros en el cielo, donde ningún ladrón puede robar y ninguna polilla puede destruir.
Nuestro Señor Jesús nos enseñó acerca de un hombre rico que almacenó sus bienes, pensando que podría asegurar su futuro. Sin embargo, esa misma noche se le pidió su vida, mostrándonos la futilidad de depender únicamente de la riqueza material. Esta parábola nos advierte que no debemos ser ricos en posesiones pero pobres en espíritu. Nos llama a ser generosos y compartir con los necesitados, reflejando el amor y la gracia de Dios.
La Biblia también nos dice que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un hombre rico entre en el reino de Dios. Esta enseñanza nos insta a ser humildes y a reconocer que nuestra verdadera riqueza no se encuentra en el oro o la plata, sino en nuestra relación con Dios. Se nos recuerda confiar en la provisión de Dios, pues Él conoce nuestras necesidades incluso antes de que las pidamos.
Queridos amigos, busquemos primero el reino de Dios y su justicia. Cuando hacemos esto, todas las otras cosas que necesitamos se nos añadirán. Usemos nuestras posesiones terrenales sabiamente, no como amos, sino como herramientas para servir al propósito de Dios. Que seamos administradores de sus bendiciones, mostrando bondad y compasión a quienes nos rodean.
Queridos amigos, ahora veamos las escrituras de la Biblia a continuación que hablan sobre las posesiones terrenales.
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla el orín corrompen, donde ladrones minan hurtan”
— Mateo 6:19
“Sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, donde ladrones no minan ni hurtan”
— Mateo 6:20
“Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”
— Mateo 6:21
“Les dijo: Mirad, guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”
— Lucas 12:15
“Vended lo que poseéis, dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye”
— Lucas 12:33
“Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”
— Lucas 12:34
“Porque nada hemos traído a este mundo, sin duda nada podremos sacar”
— 1 Timoteo 6:7
“Así que, teniendo sustento abrigo, estemos contentos con esto”
— 1 Timoteo 6:8
“Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación lazo, en muchas codicias necias dañosas, que hunden a los hombres en destrucción perdición”
— 1 Timoteo 6:9
“Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, fueron traspasados de muchos dolores”
— 1 Timoteo 6:10
“Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, dalo a los pobres, tendrás tesoro en el cielo; ven sígueme”
— Mateo 19:21
“Entonces Jesús, mirándole, le amó, le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, dalo a los pobres, tendrás tesoro en el cielo; ven, sígueme, tomando tu cruz”
— Marcos 10:21
“El que confía en sus riquezas caeráMas los justos reverdecerán como ramas”
— Proverbios 11:28
“No te afanes por hacerte ricoSé prudente, desiste”
— Proverbios 23:4
“¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas?Porque se harán alasComo alas de águila, volarán al cielo”
— Proverbios 23:5
“El que ama el dinero, no se saciará de dinero; el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad”
— Eclesiastés 5:10
“Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos?”
— Eclesiastés 5:11
“Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia”
— Eclesiastés 5:12
“Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal”
— Eclesiastés 5:13
“Las cuales se pierden en malas ocupaciones, a los hijos que engendraron, nada les queda en la mano”
— Eclesiastés 5:14
“Como salió del vientre de su madre, desnudo, así vuelve, éndose tal como vino; nada tiene de su trabajo para llevar en su mano”
— Eclesiastés 5:15
“Este también es un gran mal, que como vino, así haya de volver. ¿de qué le aprovechó trabajar en vano?”
— Eclesiastés 5:16
“Además de esto, todos los días de su vida comerá en tinieblas, con mucho afán dolor miseria”
— Eclesiastés 5:17
“He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer beber, gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte”
— Eclesiastés 5:18
“Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas bienes, le da también facultad para que coma de ellas, tome su parte, goce de su trabajo, esto es don de Dios”
— Eclesiastés 5:19
“Porque no se acordará mucho de los días de su vida; pues Dios le llenará de alegría el corazón”
— Eclesiastés 5:20
“Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno amará al otro, o estimará al uno menospreciará al otro. No podéis servir a Dios a las riquezas”
— Lucas 16:13
“Oían también todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, se burlaban de él”
— Lucas 16:14
“Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación”
— Lucas 16:15
“¡Vamos ahora, ricos! Llorad aullad por las miserias que os vendrán”
— Santiago 5:1
“Vuestras riquezas están podridas, vuestras ropas están comidas de polilla”
— Santiago 5:2
“Vuestro oro plata están enmohecidos; su moho testificará contra vosotros, devorará del todo vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días postreros”
— Santiago 5:3
“He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos”
— Santiago 5:4
“Habéis vivido en deleites sobre la tierra, sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza”
— Santiago 5:5
“Habéis condenado dado muerte al justo, él no os hace resistencia”
— Santiago 5:6
“Honra a Jehová con tus bienesY con las primicias de todos tus frutos”
— Proverbios 3:9
“Serán llenos tus graneros con abundanciaY tus lagares rebosarán de mosto”
— Proverbios 3:10
“La multitud de los que habían creído era de un corazón un alma; ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común”
— Hechos 4:32
“Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, traían el precio de lo vendido”
— Hechos 4:34
“Lo ponían a los pies de los apóstoles; se repartía a cada uno según su necesidad”
— Hechos 4:35
“Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre”
— Hechos 4:36
“Como tenía una heredad, la vendió trajo el precio lo puso a los pies de los apóstoles”
— Hechos 4:37
“Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones”
— Mateo 19:22
“Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, dalo a los pobres, tendrás tesoro en el cielo; ven, sígueme”
— Lucas 18:22
“Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy rico”
— Lucas 18:23
“Al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas”
— Lucas 18:24
“Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios”
— Lucas 18:25
“Los que oyeron esto dijeron: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?”
— Lucas 18:26
“Él les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios”
— Lucas 18:27
“Entonces Pedro dijo: He aquí, nosotros hemos dejado nuestras posesiones te hemos seguido”
— Lucas 18:28
“Él les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios”
— Lucas 18:29
“Que no haya de recibir mucho más en este tiempo, en el siglo venidero la vida eterna”
— Lucas 18:30
“Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre”
— Lucas 18:31
“Pues será entregado a los gentiles, será escarnecido, afrentado, escupido”
— Lucas 18:32
“Después que le hayan azotado, le matarán; mas al tercer día resucitará”
— Lucas 18:33
“Pero ellos nada comprendieron de estas cosas, esta palabra les era encubierta, no entendían lo que se les decía”
— Lucas 18:34
“Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando”
— Lucas 18:35
“Al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello”
— Lucas 18:36
“Le dijeron que pasaba Jesús nazareno”
— Lucas 18:37
“Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí”
— Lucas 18:38