Queridos hermanos y hermanas, el tema de perder el Espíritu Santo es uno que invita a una profunda reflexión y reverencia. El Espíritu Santo es un don divino, un consolador y un guía en nuestro camino espiritual. Perder esta preciosa presencia no es algo que deba tomarse a la ligera. A lo largo de la Biblia, hay historias y lecciones que nos enseñan sobre las consecuencias de alejarnos del Espíritu.
Consideren al rey Saúl, quien una vez tuvo el Espíritu del Señor sobre él. La desobediencia y el orgullo de Saúl llevaron a que el Espíritu se apartara de él, dejándolo atormentado y angustiado. Esta historia sirve como un recordatorio solemne de que nuestras acciones y decisiones pueden afligir al Espíritu Santo. Es importante permanecer humildes y obedientes a los mandatos del Señor para que podamos continuar caminando en el Espíritu.
En el Nuevo Testamento, se nos advierte que no apaguemos al Espíritu. Esto significa que debemos cultivar nuestra relación con Dios, buscando Su presencia con sinceridad. El Espíritu mora en nosotros para guiarnos, enseñarnos y capacitarnos para vivir conforme a la voluntad de Dios. Cuando ignoramos o descuidamos esta presencia divina, corremos el riesgo de perder el gozo y la paz que provienen de caminar en el Espíritu.
Queridos amigos, es vital permanecer vigilantes en nuestra fe. No debemos permitir que el pecado nuble nuestros corazones y nos separe del Espíritu Santo. Al confesar nuestros pecados y buscar el perdón de Dios, podemos restaurar nuestra comunión con Él. El Espíritu Santo es nuestro ayudador, y debemos valorar esta relación viviendo de una manera que honre a Dios.
Se nos anima a estar llenos del Espíritu, permitiendo que Su influencia forme nuestros pensamientos, palabras y acciones. Esforcémonos por vivir vidas que reflejen el amor y la gracia de Dios, asegurando que el Espíritu Santo siga siendo una fuerza vibrante y activa dentro de nosotros.
Queridos amigos, ahora veamos las escrituras de la Biblia a continuación que hablan sobre perder el Espíritu Santo.
“No me eches de delante de tiY no quites de mí tu santo Espíritu”
— Salmos 51:11
“No contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”
— Efesios 4:30
“No apaguéis al Espíritu”
— 1 Tesalonicenses 5:19
“Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados gustaron del don celestial, fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, asimismo gustaron de la buena palabra de Dios los poderes del siglo venidero, recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios exponiéndole a vituperio”
— Hebreos 6:4-6
“Por tanto os digo: Todo pecado blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero”
— Mateo 12:31-32
“Mas ellos fueron rebeldes, hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, él mismo peleó contra ellos”
— Isaías 63:10
“El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová”
— 1 Samuel 16:14
“¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros”
— Hechos 7:51
“De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído”
— Gálatas 5:4
“Digo, pues: Andad en el Espíritu, no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, el del Espíritu es contra la carne; estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”
— Gálatas 5:16-17
“Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”
— Romanos 8:9
“El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, se secará; los recogen, los echan en el fuego, arden”
— Juan 15:6
“Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado”
— 2 Pedro 2:20-21
“Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, arrepiéntete, haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido”
— Apocalipsis 2:4-5
“Porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, Tito a Dalmacia”
— 2 Timoteo 4:10
“Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros”
— 1 Juan 2:19
“Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios”
— Hebreos 10:26-27
“Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí. cuando llega, la halla barrida adornada. Entonces va, toma otros siete espíritus peores que él; entrados, moran allí; el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero”
— Lucas 11:24-26
“¿No sabéis que sois templo de Dios, que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”
— 1 Corintios 3:16-17
“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”
— 1 Corintios 6:19-20
“¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?”
— Santiago 4:5
“¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?”
— Gálatas 3:3
“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. tardándose el esposo, cabecearon todas se durmieron. a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, arreglaron sus lámparas. las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras a vosotras, id más bien a los que venden, comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir”
— Mateo 25:1-13
“Yo rogaré al Padre, os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, estará en vosotros”
— Juan 14:16-17
“Mas si el justo se apartare de su justicia cometiere maldad, hiciere conforme a todas las abominaciones que el impío hizo, ¿vivirá él? Ninguna de las justicias que hizo le serán tenidas en cuenta; por su rebelión con que prevaricó, por el pecado que cometió, por ello morirá”
— Ezequiel 18:24
“Volveos a mi reprensiónHe aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotrosY os haré saber mis palabras”
— Proverbios 1:23
“Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo”
— Hebreos 3:12
“Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu”
— Judas 1:19
“Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua”
— Jeremías 2:13
“Cuando el justo se apartare de su justicia, hiciere iniquidad, morirá por ello”
— Ezequiel 33:18