Queridos hermanos y hermanas, la cuestión de perder la salvación es un tema profundamente significativo que ha sido fuente de discusión entre los creyentes durante siglos. Es importante abordar este asunto con humildad y un corazón abierto para comprender las profundidades de la palabra de Dios. La Biblia nos ofrece orientación y sabiduría, ayudándonos a navegar el camino de la fe con seguridad y claridad.
La salvación es un regalo de Dios, dado por la gracia de Jesucristo. No es algo que ganemos por nuestras obras, sino que se recibe por fe. Este precioso regalo es un testimonio del amor y la misericordia inquebrantables de Dios. Sin embargo, algunas escrituras nos instan a permanecer firmes en nuestra fe, advirtiéndonos contra apartarnos o volvernos tibios en nuestra relación con Dios. Estos pasajes nos recuerdan la importancia de la perseverancia en nuestro caminar espiritual.
En la parábola del sembrador, Jesús ilustra cómo diferentes corazones responden a la palabra de Dios. Algunas semillas caen en terreno pedregoso y brotan rápidamente, pero se marchitan porque no tienen raíz. Esto nos sirve de advertencia para nutrir nuestra fe, asegurándonos de que esté profundamente arraigada en el amor y la verdad de Dios. Nuestro viaje espiritual no está exento de desafíos, pero con la ayuda de Dios, podemos mantenernos firmes.
El apóstol Pablo anima a los creyentes a ocuparse de su salvación con temor y temblor, enfatizando la importancia de una fe sincera y activa. Esto no significa que vivamos con miedo de perder la salvación, sino que abordamos nuestro viaje espiritual con reverencia y dedicación. El Espíritu Santo es nuestro ayudador, guiándonos y fortaleciendo nuestra determinación de seguir a Cristo.
Queridos amigos, aunque la cuestión de perder la salvación puede ser compleja, en última instancia nos llama a una relación más profunda con Dios. Mantengamos firme nuestra confesión de fe, confiando en las promesas de Dios y permitiendo que Su amor transforme nuestras vidas. Si este mensaje resuena contigo, por favor compártelo con otros que puedan beneficiarse de estas ideas.
Queridos amigos, ahora veamos las escrituras de la Biblia a continuación que hablan sobre perder la salvación.
“Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados gustaron del don celestial, fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, asimismo gustaron de la buena palabra de Dios los poderes del siglo venidero, recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios exponiéndole a vituperio”
— Hebreos 6:4-6
“Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios”
— Hebreos 10:26-27
“Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, la puerca lavada a revolcarse en el cieno”
— 2 Pedro 2:20-22
“De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído”
— Gálatas 5:4
“Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga”
— 1 Corintios 10:12
“Si sufrimos, también reinaremos con élSi le negáremos, él también nos negará”
— 2 Timoteo 2:12
“El que venciere será vestido de vestiduras blancas; no borraré su nombre del libro de la vida, confesaré su nombre delante de mi Padre, delante de sus ángeles”
— Apocalipsis 3:5
“El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, se secará; los recogen, los echan en el fuego, arden”
— Juan 15:6
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, en tu nombre echamos fuera demonios, en tu nombre hicimos muchos milagros? entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”
— Mateo 7:21-23
“Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero estos no tienen raíces; creen por algún tiempo, en el tiempo de la prueba se apartan”
— Lucas 8:13
“En su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos sin mancha irreprensibles delante de él; si en verdad permanecéis fundados firmes en la fe, sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro”
— Colosenses 1:22-23
“Manteniendo la fe buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos”
— 1 Timoteo 1:19
“Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza”
— 2 Pedro 3:17
“Mira, pues, la bondad la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado”
— Romanos 11:22
“Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, cubrirá multitud de pecados”
— Santiago 5:19-20
“Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio”
— Hebreos 3:12-14
“Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo”
— Mateo 24:13
“Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo en el Padre”
— 1 Juan 2:24
“No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”
— Filipenses 3:12-14
“Recuerda, por tanto, de dónde has caído, arrepiéntete, haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido”
— Apocalipsis 2:5
“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; conoceréis la verdad, la verdad os hará libres”
— Juan 8:31-32
“Por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano”
— 1 Corintios 15:2
“Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo. Cualquiera que se extravía, no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese sí tiene al Padre al Hijo”
— 2 Juan 1:8-9
“Seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, este será salvo”
— Marcos 13:13
“Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron”
— Judas 1:5
“Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis”
— Romanos 8:13
“Que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero”
— 1 Pedro 1:5
“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores a doctrinas de demonios”
— 1 Timoteo 4:1
“Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida”
— 1 Juan 5:16
“¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?”
— Romanos 6:1-2
“Seguid la paz con todos, la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, por ella muchos sean contaminados; no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas”
— Hebreos 12:14-17
“Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, a los que hacen iniquidad, los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro el crujir de dientes”
— Mateo 13:41-42
“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”
— Gálatas 6:7-9
“Mas si el justo se apartare de su justicia cometiere maldad, hiciere conforme a todas las abominaciones que el impío hizo, ¿vivirá él? Ninguna de las justicias que hizo le serán tenidas en cuenta; por su rebelión con que prevaricó, por el pecado que cometió, por ello morirá”
— Ezequiel 18:24
“Sino que golpeo mi cuerpo, lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado”
— 1 Corintios 9:27
“Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?”
— Juan 6:66-67
“Vendrá el señor de aquel siervo en día que este no espera, a la hora que no sabe, le castigará duramente, le pondrá con los infieles”
— Lucas 12:46
“Nadie os engañen ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición”
— 2 Tesalonicenses 2:3
“Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?”
— 2 Corintios 13:5
“Porque al que tiene, le será dado, tendrá más; al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro el crujir de dientes”
— Mateo 25:29-30
“Pero por cuanto eres tibio, no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”
— Apocalipsis 3:16
“Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, toda transgresión desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron”
— Hebreos 2:1-3
“Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás”
— 2 Pedro 1:10
“Seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, este será salvo”
— Mateo 10:22
“Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido”
— 1 Juan 3:6
“Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará”
— Romanos 11:21
“Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo sus ángeles. Porque tuve hambre, no me disteis de comer; tuve sed, no me disteis de beber; fui forastero, no me recogisteis; estuve desnudo, no me cubristeis; enfermo, en la cárcel, no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. irán estos al castigo eterno, los justos a la vida eterna”
— Mateo 25:41-46
“Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto”
— Juan 15:2
“Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo de Dios. Nadie os engañcon palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos”
— Efesios 5:5-7
“Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra”
— Tito 1:16
“Si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, de la santa ciudad de las cosas que están escritas en este libro”
— Apocalipsis 22:19
“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”
— Santiago 1:12
“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios”
— 1 Corintios 6:9-10
“Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”
— Gálatas 5:19-21
“Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas”
— Mateo 18:32-35
“Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros”
— 1 Juan 2:19
“Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados”
— 2 Pedro 1:9
“Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron”
— Hebreos 4:1-2
“¡Oh Jehová, esperanza de Israel!, todos los que te dejan serán avergonzados; los que se apartan de mí serán escritos en el polvo, porque dejaron a Jehová, manantial de aguas vivas”
— Jeremías 17:13
“Yo les doy vida eterna; no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre”
— Juan 10:28-29