Queridos hermanos y hermanas, hoy nos adentramos en el profundo tema de la falta de fe. La fe es una piedra angular de nuestro camino espiritual, pero, a veces, nos encontramos luchando con la duda y la incertidumbre. Esta no es una lucha nueva; incluso en tiempos bíblicos, la gente se esforzaba por mantener su fe.
Consideren la historia de los israelitas en el desierto. A pesar de presenciar milagros como la apertura del Mar Rojo, a menudo dudaban de la provisión y presencia de Dios. Cuestionaban y se quejaban, revelando su falta de fe. Esta historia nos enseña que presenciar milagros no siempre es suficiente para mantener la fe. La fe requiere confianza y paciencia, incluso cuando el camino no está claro.
En el Nuevo Testamento, vemos otro ejemplo en la historia de Pedro caminando sobre el agua. Cuando Pedro vio a Jesús caminando sobre el mar, salió del barco con fe. Sin embargo, tan pronto como notó el viento y las olas, la duda se apoderó de él, y comenzó a hundirse. Jesús extendió la mano y lo salvó, pero también cuestionó la fe vacilante de Pedro. Este momento ilustra lo fácilmente que nuestra fe puede flaquear cuando desviamos nuestro enfoque de Dios hacia los desafíos que nos rodean.
Queridos amigos, la falta de fe puede conducir al miedo y la ansiedad, alejándonos de la paz que Dios ofrece. La fe no es solo creer en la existencia de Dios; es confiar en Sus promesas y Su tiempo. Cuando la vida se vuelve abrumadora, estamos llamados a recordar la fidelidad de Dios en el pasado y confiar en Su amor en el presente.
Para fortalecer nuestra fe, debemos sumergirnos en la Palabra de Dios y rodearnos de una comunidad de apoyo. La oración es vital, al igual que recordar las muchas formas en que Dios ha provisto para nosotros. En tiempos de duda, volvamos a Dios con honestidad, buscando Su guía y fortaleza.
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Queridos amigos, ahora veamos las escrituras bíblicas a continuación que hablan sobre la falta de fe.
“Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, se pasará; nada os será imposible”
— Mateo 17:20
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, que es galardonador de los que le buscan”
— Hebreos 11:6
“Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento echada de una parte a otra”
— Santiago 1:6
“Inmediatamente el padre del muchacho clamó dijo: Creo; ayuda mi incredulidad”
— Marcos 9:24
“Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, no dudareis, no solo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate échate en el mar, será hecho”
— Mateo 21:21
“Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, mira mis manos; acerca tu mano, métela en mi costado; no seas incrédulo, sino creyente”
— Juan 20:27
“Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; todo lo que no proviene de fe, es pecado”
— Romanos 14:23
“Les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? atemorizados, se maravillaban, se decían unos a otros: ¿Quién es este, que aun a los vientos a las aguas manda, le obedecen?”
— Lucas 8:25
“Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?”
— Mateo 14:31
“Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo”
— Hebreos 3:12
“Estaba asombrado de la incredulidad de ellos. recorría las aldeas de alrededor, enseñando”
— Marcos 6:6
“No hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos”
— Mateo 13:58
“Si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?”
— Lucas 12:28
“Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma”
— Santiago 2:17
“Si fuéremos infieles, él permanece fielÉl no puede negarse a sí mismo”
— 2 Timoteo 2:13
“Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él”
— Juan 12:37
“Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, perecieron por las serpientes”
— 1 Corintios 10:9
“A algunos que dudan, convencedlos”
— Judas 1:22
“Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme”
— Romanos 11:20
“Para que seamos librados de hombres perversos malos; porque no es de todos la fe”
— 2 Tesalonicenses 3:2
“¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, no buscáis la gloria que viene del Dios único?”
— Juan 5:44
“Aun con esto no creísteis a Jehová vuestro Dios”
— Deuteronomio 1:32
“Por cuanto no habían creído a DiosNi habían confiado en su salvación”
— Salmos 78:22
“Si la hierba del campo que hoy es, mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?”
— Mateo 6:30
“Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho”
— Lucas 24:25
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”
— Juan 3:36
“El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo”
— 1 Juan 5:10
“Les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?”
— Marcos 4:40
“Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron”
— Hebreos 4:2
“Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?”
— Números 14:11
“La cabeza de Efraín es Samaria, la cabeza de Samaria el hijo de Remalías. Si vosotros no creyereis, de cierto no permaneceréis”
— Isaías 7:9
“Mas el justo vivirá por feY si retrocediere, no agradará a mi alma”
— Hebreos 10:38
“Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos al mar; se hizo grande bonanza”
— Mateo 8:26
“Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, pone carne por su brazo, su corazón se aparta de Jehová”
— Jeremías 17:5
“Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis”
— Juan 8:24
“¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios?”
— Romanos 3:3
“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”
— 1 Corintios 2:14
“Porque al que tiene, le será dado, tendrá más; al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado”
— Mateo 25:29
“Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias”
— 2 Pedro 3:3
“Manteniendo la fe buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos”
— 1 Timoteo 1:19
“Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová”
— Éxodo 4:1
“Algunos asentían a lo que se decía, pero otros no creían”
— Hechos 28:24
“Así que, las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos; pero la profecía, no a los incrédulos, sino a los creyentes”
— 1 Corintios 14:22
“Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, les reprochó su incredulidad dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado”
— Marcos 16:14
“Entonces comenzó a reconvenir a las ciudades en las cuales había hecho muchos de sus milagros, porque no se habían arrepentido, diciendo”
— Mateo 11:20
“¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?”
— Isaías 53:1
“Aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar”
— Romanos 11:23
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; esto no de vosotros, pues es don de Dios”
— Efesios 2:8
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó se entregó a sí mismo por mí”
— Gálatas 2:20